Para mí es muy de fácil de dislucir ; dicho lo cual confieso que este fin de semana me he dado un atracón de novela rosa de consecuencias imprevisibles.
Empecé a aficionarme a la lectura con Agatha Cristie, Julio Verne me enseñó lo que es la aventura y en la biblioteca particular de algunos hermanos de mi madre pude disfrutar de una gran oferta: clásicos, teatro, intriga y espionaje, después vino García Márquez y el realismo mágico para en la treintena descubrir la novela inglesa del siglo diecinueve y con ella mi pasión. En los últimas años, por motivos laborales, bien sabidos, he leído casi de todo para poder hacer recomendaciones a mis lectores (fantasía épica, novela histórica, autoayuda…). Finalemente el curso realizado en el CAL amplio mi visión y gustos y ya no volveré a ser la misma
Aunque siempre que bajo a Granada compró algún título de Christie que no tenga, encargo versiones de los clásicos de Verne para mí hijo y espero deseosa comprar «Ruth» de Elisabeth Gaskell, novela inglesa victoriana, creo que he dado un paso más…una apertura de espíritu que también se contemplan en las lecturas.
Entonces ¿Por qué el excesos del fin de semana? Nunca las leí de joven, mi madre no era lectora y me abuela tenía una colección de habiografías y libros piadosos así que desconocía su existencia, afortunadamente creo que leerlas a esa edad hacen más mal que bien, a los cuarenta nos ponemos a extraer consecuencias.
He llegado a las siguientes conclusiones después de leer unas cuantas novelas de Corin Tellado:
Los personajes principales todos morirían de cáncer de pulmón (no sé sí tenía comisión la autora) por no dejar de fumar.
Todos los posibles solteros de los años 60 tenían 32 años.
Las chicas debían perfectamente conjuntadas, para que ahora digan que no es necesario que vaya al juego bolso y zapato,
El chico debía ser todo un vivivor la chica tierna y virginal hasta la médula.
En definitiva sí a mis dieciocho años hubiese leído estas novelas no sólo me hubiese relcuido en un monasterio sino que hubiese evitado hablar con cualquier hombre adulto por temor a mantener diálogos tan apasionados y ridículos. Dicen que los chicos de hoy son fríos y poco románticos comparados con los de Corin Tellado parecen….bueno las comparaciones son odiosas. A su favor diré que entretienen, que es una de las metas de los libros, que el final es siempre feliz lo cual deja muy buen sabor de boca y además todas las chicas son guapísimas que para fea ya estoy yo cuando me miro al espejo. En su contra, muy muy en su contra el módelo de mujer que presenta , afortunadamante los tiempos han cambiado(A su favor hay que reseñar que la censura no le hubiese dejado otro estereotipo)